Hoy me reivindico viejuna. Y este post va a ser un poco ida de olla, aviso... (el que avisa no es traidor).
Hace un rato he recordado una imagen. Me ha venido a la cabeza de pronto, y sin saber por qué, la imagen del cable de un teléfono de pared, enroscado y estirado casi hasta romperse, pillado por una puerta tras la que se esconde una niña para buscar intimidad, para hablar sin ser escuchada... La niña era yo. Y al recordar esta imagen me he visto pequeña y lejana, muy lejana. Sobre todo, porque hoy esta imagen sería imposible, ya no existen esos teléfonos de pared ni esos cables. Hoy nos mandamos whatsapps, nos leemos más que escucharnos... y al hablar, en vez de buscar intimidad, en vez de escondernos para que no nos escuchen, nos exhibimos, buscamos el eco de los demás en lo que decimos o escribimos.
Puede que nos estemos volviendo tontos, de hecho, de tanto hablar sin hablar realmente.
Pero a lo que iba... Esa niña era yo, que hoy whatsappeo sin cable. Pero vengo de ahí, de ese teléfono de pared. Se me va la olla, sí... pero lo que intento decir es que es importante no olvidar de dónde venimos, ya sea porque nos viene a la cabeza sin más o porque hacemos por no olvidarlo. Porque si sabemos de dónde venimos, igual tenemos más claro hacia dónde vamos... y por qué vamos.
Siendo este blog musical, y no una autobiografía (aunque hoy lo parezca), decir que hoy me reivindico viejuna es decir que hoy reivindico los clásicos... mis clásicos. Yo me hago viejuna. Ellos también. Mi teléfono de pared, hoy es un iphone. Y su música, el origen de este blog... porque gracias a ellos, existe. Y aunque son muchos, de entre todos rescato a Pink Floyd, porque con ellos aprendí a escuchar. He aquí el que durante muchos años fue mi tema favorito: "Comfortably numb". Ahí os dejo dos versiones, una del 87 y otra de hace sólo unos meses (en ésta, Gilmour aparece por sorpresa y el público enloquece... Momentazo! Hacía 29 años y 329 días -según contó él mismo- desde la última vez que Waters y él tocaron The Wall juntos en Londres). Son dos joyas musicales. Cada una tiene lo suyo, juzgad vosotros mismos...
Como "bola extra", y para contrarrestar este arrebato viejuno, añado la versión que de este tema hicieron Scissor Sisters, ya en este siglo... ;) Porque una cosa es reivindicar y otra atascarse. Saber de donde venimos, sí, pero a la vez seguir caminando... y escuchando!
Hace un rato he recordado una imagen. Me ha venido a la cabeza de pronto, y sin saber por qué, la imagen del cable de un teléfono de pared, enroscado y estirado casi hasta romperse, pillado por una puerta tras la que se esconde una niña para buscar intimidad, para hablar sin ser escuchada... La niña era yo. Y al recordar esta imagen me he visto pequeña y lejana, muy lejana. Sobre todo, porque hoy esta imagen sería imposible, ya no existen esos teléfonos de pared ni esos cables. Hoy nos mandamos whatsapps, nos leemos más que escucharnos... y al hablar, en vez de buscar intimidad, en vez de escondernos para que no nos escuchen, nos exhibimos, buscamos el eco de los demás en lo que decimos o escribimos.
Puede que nos estemos volviendo tontos, de hecho, de tanto hablar sin hablar realmente.
Pero a lo que iba... Esa niña era yo, que hoy whatsappeo sin cable. Pero vengo de ahí, de ese teléfono de pared. Se me va la olla, sí... pero lo que intento decir es que es importante no olvidar de dónde venimos, ya sea porque nos viene a la cabeza sin más o porque hacemos por no olvidarlo. Porque si sabemos de dónde venimos, igual tenemos más claro hacia dónde vamos... y por qué vamos.
Siendo este blog musical, y no una autobiografía (aunque hoy lo parezca), decir que hoy me reivindico viejuna es decir que hoy reivindico los clásicos... mis clásicos. Yo me hago viejuna. Ellos también. Mi teléfono de pared, hoy es un iphone. Y su música, el origen de este blog... porque gracias a ellos, existe. Y aunque son muchos, de entre todos rescato a Pink Floyd, porque con ellos aprendí a escuchar. He aquí el que durante muchos años fue mi tema favorito: "Comfortably numb". Ahí os dejo dos versiones, una del 87 y otra de hace sólo unos meses (en ésta, Gilmour aparece por sorpresa y el público enloquece... Momentazo! Hacía 29 años y 329 días -según contó él mismo- desde la última vez que Waters y él tocaron The Wall juntos en Londres). Son dos joyas musicales. Cada una tiene lo suyo, juzgad vosotros mismos...
Como "bola extra", y para contrarrestar este arrebato viejuno, añado la versión que de este tema hicieron Scissor Sisters, ya en este siglo... ;) Porque una cosa es reivindicar y otra atascarse. Saber de donde venimos, sí, pero a la vez seguir caminando... y escuchando!
como escarpias....buena semana
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