sábado, 25 de enero de 2014

DE SILENCIO, MÚSICA Y LOSERS (THANKS COEN)

Mi primer post en verde. Mi primer post en mi pequeño paraíso verde. La primera vez que quito la música en casa para escuchar los sonidos de la calle... una calle que aquí, suena a silencio. Un silencio que suena a pájaros y viento. Nada más. Y nada menos. Es la primera vez que prefiero los sonidos de la calle a mi cita musical del fin de semana con Toma Uno (lo siento Manolo, hoy te escucharé en diferido, tiraré de podcast cuando caiga la tarde). Porque cambié coches por pájaros, asfalto por árboles y ruido por silencio. Un feliz viaje de ida que sólo acaba de empezar...

Para el viaje, no obstante, siempre hace falta música, y hoy sé cuál voy a escuchar. Porque anoche descubrí a un actorazo que, además, es musicazo. Oscar Isaac se llama, o Llewyn Davis, como queráis. Un grande al que llego por otros grandes: los hermanos Coen. Si aún no vísteis la peli, corred a verla. Si ya la vísteis y os gustó la música tanto como a mi, poneros cómodos y dadle a play. Esta, por ejemplo, es deliciosa... un temazo en el que, seguro, os sonará a conocida otra voz... de otro tipo que ya tiene su post replicante por aquí, hace tiempo.



Sí, es Marcus Mumford, y que cante a dúo este tema con Oscar Isaac no es casual, es que el tipo tiene mucho papel en esta peli. Él es el productor musical, junto con T-Bone Burnett, y eso ya casi lo dice todo (el otro casi se lo dejamos a la fe ciega en el buen gusto musical de los Coen). Mumford es, además, marido de la actriz Carey Mulligan, que también canta en la película como pareja musical de Justin Timberlake. Jim & Jean nos regalan un precioso temazo folkie, y su actuación nos deja una de las frases memorables de la peli: "la mitad de los tipos que vienen a ver a Jim & Jean vienen porque quieren tirarse a Jean... la otra mitad, porque quieren tirarse a Jim". 



Creo que los Coen no me pueden gustar más. Aunque su estilo agridulce sea esta vez mucho más "agri" que "dulce", aunque esta vez les cueste redimir (no se salva ni el gato, joder!), su humor negro negrísimo y su capacidad para reirse y hacerme reir en las situaciones más absurdamente desesperadas, hasta patéticas, es impagable. Como ejemplo, el dudoso temazo que, literalmente, me hizo saltar las lágrimas (y del asiento) en esta película. Hay que escucharlo y también verlo, no tiene desperdicio. 


Llewyn Davis es un loser en toda regla, sí. Pero benditos los losers que habitan este mundo. Como cierre de post, os dejo otro diálogo que se me quedó clavado, porque lo clavan.

- "Mira, Llewyn, en la vida hay dos tipos de personas: los fracasados y..." 
- "Sí, los fracasados y... los que dividen el mundo en dos tipos de personas". 

No hay mucho más que decir. Los Coen no redimen esta vez. Ni falta que hace. La peli acaba como empieza, porque la vida de Llewyn es un bucle desastroso y sin sentido, por mucho que intente una y otra vez salir de él. No le redimen pero consiguen algo mejor: que el tipo te resulte cercano, familiar y hasta entrañable (yo también le dejaría mi sofá). Porque todos sabemos que, en algún momento de nuestras vidas, nos hemos sentido, nos podemos sentir o nos sentiremos como Llewyn Davis. Una vez más, thanks Coen por la lucidez... !